Sueño recurrente (3): Los 37 arcanos y Ella tan dormidita.
Cuando entré supe que me encontré al Gabo Jímenez con un turbante. "¿Qué chingados haces con eso en la cabeza?" Y me confesó que ahora era astrólogo aficionado y se hacía llamar "El Gran Cachemiro". Me miró a las manos y las vió más mordidas que de costumbre. "Algo te molesta, ¿Verdad güey? ¿Una vieja? ¿Verdad?" Suspiré y asentí. Ahí mismo, y con gran pericia, me leyó las migajas de un Twinky Wonder Dálmata, y me dijo que alguien me estaba haciendo un amarre. Una mala mujer que me quería para ella solita, y yo no sabía, y es tan egoista que no me iba a soltar. Le pregunté nombres y cabalisticamente me respondió que como me había tragado todas las chispas de chocolate ya no me podía decir eso, que generalmente esos misterios son de chocolate. Le suplicamos a los 37 arcanos del tarót de Iztapalapa que esa mujer fuera la que yo quería, y que me dieran una señal.
Regresé frente a la computadora con la cabeza revuelta, y unos Mafer japoneses, devanándome los sesos de quien sería la culpable de que no me saliera nada bien con la mujer que quiero.
Lo malo de todo es que ya no puedo soñar tranquilo. Y ella seguramente está bien dormidita quien sabe donde, sin tener idea de que hay 37 arcanos que, igual que yo, no tenemos la más puta idea de que pasa en su cabeza, y morimos por una respuesta que ella no tiene, ni conoce, ni sabe, ni le interesa tener. Que para ella todo es simple.
Y la muy méndiga puede presumir que me quita el sueño, hasta en mis sueños.